El mundo es un milagro pese a ello la vorágine de lo cotidiano puede desconectarnos de la magia de la vida. Las mujeres portamos el recuerdo, la verdad eterna en nuestro ciclo menstrual y muchas veces aún sabiéndolo la confusión es tal que nos olvidamos de vivir, de “g-estar” en sintonía con la naturaleza.

Expresarnos desde nuestras cuatro energías femeninas no siempre es fácil, quizás el reto en sí mismo sea volver a nuestra esencia, al ritmo y la armonía de ir descubriéndonos durante la danza eterna de la transformación.

El ciclo menstrual nos guía hacia la expresión más pura y vibrante de nuestra alma femenina mostrándonos nuestra inherente conexión con la Madre Tierra y la Radiante Luna. Nuestra feminidad nos impulsa a vivir en comunión, a veces favorecidas por el contexto y otras templadas por él.

La Mujer Embarazada, el Arquetipo de la Madre se muestra en su esplendor al igual que la propia Luna Llena, podríamos decir que es Ella misma, no está transitando, menguando,  ni se esconde. En su cuerpo de Diosa anida vida, es la Madre Tierra, fértil, abundante y milagrosa. El periodo de gestación es un tiempo de profunda conexión con nuestro sagrado templo, con nuestro cuerpo, con el elemento tierra quién nos hablará a través de su lenguaje de la intuición. El embarazo agudiza nuestros instintos, afina la intuición del sentimiento, conozcámosla, cultivémosla y no dejemos que perezca.

LA INTUICIÓN DEL CORAZÓN

Durante el embarazo nuestra percepción íntima crece; la madre es intuitiva desde su sentir, nuestro cuerpo y corazón nos indican que nos conviene en cada momento y si dejamos la mente, las demandas sociales a un lado podemos reconectar  y reconocer nuestra sabiduría innata. Esa voz del cuerpo qué vibra y se expande para albergar un nuevo ser tiene mucho conocimiento que ofrecernos,  mucho que liberar para alinearnos con nuestra auténtica Diosa que se sabe  merecedora pues en Ella alberga el milagro de la vida. En este tiempo pueden surgir miedos, sueños inquietantes, momentos que no parecen encajar con el ideal de la mujer embarazada, radiante, plena y exultante de vida.  No olvidemos que el óvulo que ahora está desarrollándose en nuestro interior estaba ya en el vientre de nuestras ancestras; es un tiempo de profunda sanación si nos permitimos comprender que en la vida, en el embarazo no siempre danzamos bajo el sol del verano. Esta etapa de nuestra vida es un momento sagrado en el que descubrir aquello invisible ante nuestros ojos y latente en nuestro  vientre de una manera única y sumamente sensorial. La realidad completa, la energía está ahí antes incluso de anidar en nuestro Sagrado Útero, está ahí gestándose en la oscuridad  y pronto manifestándose en la tierra. Está en nosotras aprovechar este tiempo para retomar el poder que ocultamos tras la sombra con la dulzura de la Mujer Amorosa.

El melodioso canto del corazón de la Madre, siempre nos hará sentir hacia dónde hemos de ir, cómo crecer en el amor propio para embellecernos de la vida y transmitir así al espíritu que nos ha elegido que la tierra es un espacio gozoso en el que seguir evolucionando.

DIOSA EN LA TIERRA

Nuestro cuerpo se expande, se empapa del néctar vital y olvida sus anteriores barreras, el amor crece y nuestro sentir se fusiona con el todo. Ya no somos solo nosotras, nuestro corazón parece latir más allá del  cuerpo preparándonos para materializar el espíritu de un nuevo ser anidándolo y dándolo a luz.

Durante este tiempo de gracia podemos escuchar la sabiduría del cuerpo, de la Pacha Mama, bajar el ritmo externo y conectar con el propio, pues recordemos que la Madre es un arquetipo luminoso porque se expresa en el mundo sin embargo la acción de la Doncella mengua para dar paso a la acción del corazón, sumamente amorosa y pragmática.

LA ALQUIMIA DE LOS ARQUETIPOS

Al principio la sabiduría de la mujer cíclica nos resulta complicada, nos cuesta entender las fases, los días. Después, parece que la comprendemos y  es cuando la interiorizamos cuando realmente emanamos su gracia; fundiéndonos con las estaciones y la luna, ardiendo en un fuego interior cuyas llamas suben y bajan. Es muy importante que comprendamos que nuestros úteros energéticamente están vinculados a la tierra, a la luna y no únicamente a la energía que sostenemos en función de nuestra fase del ciclo menstrual, o en este caso del embarazo.

Durante esta mágica etapa de nuestra vida podemos “sentarnos en el trono de la Diosa Madre” y observar cómo se relaciona con la tierra y la luna, sintiendo incluso más su influencia pues  son las estaciones quienes nos nutren mientras la luna  nos va meciendo bajo su embriagadora belleza.

Disfruta, conócete de verdad pues no somos sólo un Arquetipo sino la Alquimia de ciclo, Tierra y Luna, siéntelos en tu Sagrado Templo y escucha su ritmo siempre cambiante que guiará a ser tú misma.

Todo el trabajo que hayas hecho con este arquetipo hasta tu embarazo es pura ganancia y sin duda será el perfume que emanes durante tus meses de gestación, sin embargo no olvides que estás transformándote como mujer, como madre y que al dar a luz al alma de tu vientre estarás renaciendo y dando nueva vida al propio arquetipo.

La energía de la madre preñada de vida nos habla del propio proceso de manifestación, de la semilla al principio invisible para el exterior y con el tiempo aparentemente perceptible aunque no culminada; cada uno de estos tiempos es REAL en su doble sentido de verdadero y majestuoso. El embarazo puede ser un periodo de profundo autoconocimiento si dejamos a un lado la impaciencia por el resultado y vamos transitando el conocer quiénes somos REALmente -recordemos que la luna llena es ella en sí misma- así pues estamos dando fruto desde la tierra en la que hemos sido enraizadas y nutridas por el agua, las emociones de lágrimas olvidadas y el rocío de cada renacer.

TU ESPACIO DE PODER

Una vez que hemos comprendido toda la grandeza de este Arquetipo es importante darle un lugar en nuestro hogar, en nuestro altar.

Quizás desees poner una imagen de una Diosa preñada de vida o de alguna energía que represente para ti esta fase del ciclo que te va a acompañar durante tu embarazo y hasta tu nueva menstruación si es que vas a acompañarlo de la lactancia.

La feminidad no termina en nuestra persona sino que se expande a la estación de la tierra, a las raíces de la rosa y al néctar de la luna en su fase.

Por tanto es bien importante que plasmes estás dos energías junto a la de la Madre pues son las que van a ir marcando el ritmo de tu sentir, la manera en la que te vas a ir expresando y las propias pistas que la Diosa te puede ir enviando sobre tu sanación en este tiempo sagrado.

Toda la sabiduría femenina nos habla de ciclos, espirales y sobre todo de fusión. Son más puntuales los momentos en que las energías (ciclo, luna, tierra) coinciden, que los momentos de alquimia de varios arquetipos. Por tanto, si deseas conocer tu feminidad antes de nada has de empezar a fluir y dejar de ver una fase menstrual como un recuadro en el que encajar y más bien como una enredadera en la que florecer.

Durante tu embarazo tienes la oportunidad de profundizar en tu conocimiento del Arquetipo de la Madre y su relación con los otros.

Seguramente transitarás tres Arquetipos estacionales en tu embarazo y seguirás descubriéndolos durante la lactancia. Mes a mes la luna marcará el ritmo y la clave para comprender esas emociones que se desatan y menguan tan “curiosamente”.

En tu altar coloca entonces una imagen de la tierra y trata de sentir como ella está sosteniendo a esa Madre, nutriéndola, influyéndola y de la luna en su fase.

También dependerá mucho tu sentir de la relación que hayas tenido con cada arquetipo antes de tu embarazo. Está en cada mujer ir conociendo a sus cuatro Diosas sin embargo, grosso modo, aquí te van unas pistas que pueden ayudarte a comprender y profundizar en tu sanación durante este tiempo de gestación.

LA LUNA EN NUESTRO VIENTRE

Durante la Luna Creciente trata de llevar a la acción aquellas cuestiones que tienes como prioridad y que van a requerir de energía extra pero por favor comprende que el centro está en la Madre y que con cada ayuda que aceptas accedes a unas inmensas reservas. La energía de la Doncella está suavizada por la Madre, por un amor mucho mayor que nuestra consciencia individual, por tanto es un momento óptimo para poder retomar el arquetipo de la Mujer Dinámica desde un lado sano, con su alegría, armonía y sin tanta exigencia social que ha terminado tergiversando la energía de la virgen, retomamos así su esencia y llenándola de amor. Como Madre tu tiempo nunca va a ser sólo tuyo y estos meses te pueden ayudar a ir soltando las demandas del ego para centrarte en una mujer abundante y armoniosa. Vas así a sentir la energía de la Doncella en una dirección más pura, romántica y transparente, menos de hacer, más de conectar con tus sueños y llevarlos a cabo en armonía y alegría.

Bajo la Luna Llena seguramente te sientas sumamente emotiva, emocionada, sensible, viéndote reflejada en el cielo y abriendo tu intuición a la de la Diosa en la tierra. Puede que sientas las energías del entorno y que sanes con tu sola presencia. Aquellos días que un simple comentario parece rompernos el corazón, deberíamos cuestionarnos desde el amor si hemos vivido insensibilizadas; verbalizando sin la conciencia de que las palabras son energía y dejando que recaigan sobre nosotras. Es un momento de reconectar con lo puro a través de la voz de nuestro corazón y nuestro útero. Cuídate, amate, siente en qué espacios te mueves, escucha tu cuerpo para que te siga guiando de una manera amorosa. También recuerda que la Madre está muy conectada a su instinto y siempre se mantiene alerta (hembras con sus cachorros);  habrá momentos en los que mostremos una parte de este Arquetipo  que parece que no encaja con sus energías y que sin duda forma parte de la Madre que es la de poner límites a aquello que sentimos que ya no está creciendo en armonía. Aprovecha tu creatividad pragmática y plásmala en tu casa, tu útero quién será el hogar del nuevo alma que pronto se materializará a través de ti.

En Luna Menguante (Hechicera) considera que también tienes derecho a sentirte triste, desconcertada o abrumada. A veces al estar embarazadas y saber que todo lo que vivimos repercute en la vida uterina de nuestro bebé nos sentimos sumamente responsables cuando alguna vivencia turbia llega a nosotras. Por favor, graba bien hondo en ti que tu bebé te quiere sana y como mencionábamos anteriormente en el embarazo se mueven y desvelan muchos miedos inconscientes. Está en nosotras dejarlos emerger en un ambiente seguro, amoroso y sin caer en el drama para que no continuemos cargando con los mismos patrones y nuestro bebé pueda gestarse en una armonía real que no es otra que la danza de los opuestos.

La Luna Nueva es la Madre Oscura, la Madre Universal, la Anciana Sabia durante esta fase podemos sentirnos abrazadas ante un vacío que desconocemos pero del que nos sentimos bendecidas.  Al mismo tiempo pueden desvelarse, quizás, a través de sueños la sabiduría eterna de la vida y muerte, no temas, todo es perfecto recuerda que la vida-muerte son parte del mismo ciclo, no lo veas como una cuestión oracular sino como la propia energía del Universo que fluye a través de ti. Mediante estos mensajes siente qué situaciones en tu vida has de dejar ir para hacer espacio al nuevo bebé, a tu nueva tú. Aprovecha este tiempo para descansar, dormir, sentir tu alma y la de tu bebé Unidas y sostenidas ambas por el Gran Útero Cósmico. Siente la hermosa belleza de gestar desde la oscuridad, de saberte Diosa creadora en su ser, relaja el hacer tan demandante hoy en día y ábrete a la sabiduría del embarazo quien gesta siendo algo natural, sin tener, sin accionar sencillamente siendo.

Es pura belleza sabernos Diosas creadoras de vida estando conectadas a la naturaleza y a nuestro cuerpo. Disfruta de anidar a un nuevo ser en tu vientre, sin expectativas ábrete a su energía en sinergia pues te está dando vida a ti misma.

Con amor

caricia

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *