En mi se halla mi mayor consejera, la aguardo con respeto y gratitud

Anteriormente os enunciaba  las vías al despertar femenino, siendo una de ellas la menstruación consciente y la Anciana Sabia que hay tras ella. El momento de sangrado de la mujer ha sido y es, uno de los procesos humanos cargado de más tabús. Puede que sea por la manifestación periódica de nuestra sexualidad o por el inmenso poder que oculta cuando expresamos sus dones.

¿Qué sucede en nuestro cuerpo y cómo se manifiestan estos cambios naturalmente en nuestra vida? La menstruación es más que sangre y restos de óvulo, es la expulsión del endometrio, contiene hormonas, minerales esenciales, moco cervical y secreciones vaginales entre otras cosas, también durante la menstruación empieza la maduración de 10 a 20 folículos ováricos. Por tanto a nivel energético esta fase contiene nuestra “vieja vida y las futuras semillas de la nueva”: nuestra vida en su totalidad: por un lado las emociones, patrones, creencias personales y ancestrales que se han ido gestando en nuestro interior y al unísono el momento de maduración de nuestra esencia. Podemos considerar la sangre como basura y el momento natural de reflexión que suscita como algo contra lo que luchar o podemos honrar nuestra sangre y  conectar con nosotras mismas con nuestras necesidades y deseos más profundos y sinceros. Una mujer que vive su feminidad y menstruación consciente es una mujer libre y auténtica porque actuará según los deseos innatos de su alma, dejando morir aquello que no necesita más para su crecimiento y comprometiéndose a gestar su verdadero lugar en el mundo.

Nuestro cuerpo continuamente nos envía mensajes de diferentes maneras, dependiendo de la comunicación que tengamos con  él  y con nuestra matriz el mensaje será diferente. Pensemos en los dolores menstruales, una parte importante de ellos son debidos a las contracciones del útero para abrir la puerta del cuello uterino y expulsar el contenido. Recuerda los calambres que sufrimos cuando hacemos ejercicio sin constancia. El útero es un músculo, sino lo tonificamos y no lo reconocemos como el centro de nuestra alma femenina tratará de hablarnos a gritos para que escuchemos su mensaje. Cuando los dolores menstruales son tan fuertes que nos hacen retorcernos parece que esto importa poco y sólo queremos anestesiar el dolor y seguir con nuestra vida. Sé que los cambios que os propongo habrá quien los realice de un día a otro y quién necesite ir integrándolos y procesándolos hasta accionar totalmente. Cada una tenemos nuestro tiempo -haced los cambios en vuestra vida con los que os vayáis sintiendo cómodas- hasta que podáis disfrutar del placer de una menstruación libre. Cada una de las vías del despertar femenino ayuda a tener una menstruación en paz y serenidad, en conexión con nuestra verdadera sabiduría femenina: es un trabajo de todo el ciclo. Según sea nuestra menstruación nos preguntaremos cómo hemos vivido el mes. Si el dolor es fuerte podéis visualizar como se abre la puerta del útero suavemente, podéis respirar, sentir el dolor y ver cómo va desapareciendo paulatinamente. Podéis calentar un saquito de semillas, mover la pelvis o masajear vuestro vientre o tomar una infusión calentita y abrir vuestro aceite esencial favorito. Es importante escuchar el momento de calma y no tratar de combatir lo que  naturalmente está sucediendo. 

El aspecto físico inicial de la menstruación para algunas mujeres puede ser difícil, pero el cambio hormonal  nos trae una nueva perspectiva del mundo y de nosotras mismas.  Antes o después llegamos a una profunda paz y conexión con nosotras y el mundo.

En el camino de la feminidad sagrada conocemos el momento de la menstruación por el de la Anciana Sabia, Bruja o la Fase Reflexiva principalmente. Las mujeres que físicamente no tienen útero (aunque siempre energéticamente), aquellas que viven en la totalidad de la Diosa (menopausia) o aquellas que tienen interrumpido su ciclo temporalmente (maternidad , lactancia) sus ritmos irán con la luna. Por ello la fase Reflexiva, el Arquetipo de la Anciana Sabia para estas mujeres comenzará tres días antes de la luna nueva y terminará tres días después de la misma, siempre escuchando sus manifestaciones que irán siendo más claras según vayamos ahondado en nuestro conocimiento femenino.

La fase Reflexiva es la herramienta más potente para cambiar acciones, metas, modificar la relación con nosotras mismas, nuestro lugar y comprensión del Universo y la parte activa que formamos en él. Para poder disfrutar de la sanación y los dones de la fase Reflexiva debemos primero reconocer esta ralentización para fomentar nuestro bienestar, sanación, aceptación y cambio. Nos hemos convertido en la Anciana Sabia, este Arquetipo que se expresa en plenitud durante la fase Reflexiva es el que nos va a guiar a nuestro verdadero ser para que mantengamos nuestro auténtico rumbo durante nuestro ciclo y nuestra vida. Pensemos en la Sabia Chamana, en la Abuela que siempre sabe que decir en una frase o abriéndonos la puerta de su casa con su sincera y profunda mirada. En la Monja Tibetana que van a visitar desde la otra punta del mundo para pedir consejo. Nosotras somos nuestra gran consejera acojámosla y no desperdiciemos su valor por querer mantener una constancia aparente en un mundo que aún no encuentra su combinación entre masculino y femenino.

Es un periodo en el que nuestro cuerpo exige descanso. No sólo disminuye nuestra velocidad física sino también la mental y emocional. Nuestra conciencia se vuelve a nuestro interior y afloran en su esplendor nuestros pensamientos y sentimientos intuitivos mientras nuestra conexión con nuestro subconsciente se fortalece al máximo. Somos la introspección total, la conexión máxima con el Universo, la plena manifestación del momento presente y del regalo de la vida y muerte. Nuestra fase de máxima oscuridad permite el  fluir de nuestro ser en su totalidad; es el Momento Óptimo para reflexionar sobre los mensajes que nos trae nuestro cuerpo físico, mental, espiritual y emocional.Son los días de máxima quietud antes de entrar a la renovación, el vacío que da lugar a todo. Es un momento de olvidarnos de nuestras preocupaciones y temores. Vivir esta experiencia de profunda tranquilidad seductora y necesaria sin pasarla por alto nos trae sanación y guía.  Dejemos de arraigarnos a la fuerza de voluntad o a los alimentos/medicamentos que nos lleven a lo opuesto que se da en nuestro interior puesto que eso hará que reaccionemos ante el mundo cotidiano con ira, frustración o una máxima irritabilidad. Sólo a través de la quietud podemos recuperarnos, reagruparnos y resurgir renovadas.

Es una fase de meditación viva, la fase Reflexiva encierra este sorprendente don, la meditación no es algo que hacemos es lo que somos durante esta fase. La Anciana Sabia es la presencia plena e intuitiva. Es el Momento Óptimo para acercarnos a la meditación aquellas que no hayan sentido goce de esta técnica. A continuación os comparto un ejercicio de  meditación menstrual / Luna Roja: MIRANDA GRAY, pp 141., si deseáis profundizar en las energías de esta fase es una manera perfecta para hacerlo, puesto que expresa el Arquetipo y la magia que oculta.

“Siéntate o recuéstate en un ambiente tranquilo y oscuro, y deja que tus ojos se acostumbren a la falta de luz. Siéntete segura y a salvo entre la reconfortante y protectora calidez de la oscuridad. En ella consigues permitirte el lujo de olvidar. La oscuridad de todas las cosas y la de tu propio interior te circundan; ábrete a ella. El miedo no existe, solo la aceptación, el amor y la sanación. Sobre ti ves la oscuridad del espacio y el resplandor de las galaxias y las estrellas; contemplas la luna nueva y sientes la presencia de la luz que brilla detrás. Acepta la oscuridad de tu interior, no como un aspecto malo, sino como un manantial de renovación y transformación. La oscuridad es el origen de todos los seres, el potencial del útero: la fuente que te dio la vida y a la que regresarás.”

Es el momento perfecto para hacer un repaso de nuestra vida, objetivos y comprobar si están en sintonía con quienes somos y lo que deseamos alcanzar. La observacióndurante esta fase no es un proceso racional, emerge desde los sentimientos e intuición. Podemos comprobar cómo nos sientan ciertas situaciones visualizándolas para ver si queremos mantenerlas, modificarlas o decirles adiós.La fase Reflexiva es la más propicia para conectar con nuestro auténtico ser, con el aspecto de nosotras mismas que se esconde bajo nuestros patrones emocionales y mentales y seguir adelante desde nuestra guía que no juzga sino que habla desde la intuición y conexión libres.

Cada mes cuando nos atoramos en nuestra incesante aprobación con el entorno impedimos nuestra capacidad natural de sanar y  que nuestra intuición nos haga comprender y nos guíe. Es complicado ir mostrando nuestra feminidad y nuestras potencialidades en un entorno que se está poco a poco abriéndose a la Diosa, por tanto la planificación es imprescindible para darnos nuestro espacio y disfrutar nuestros Momentos Óptimos. Tenemos que tenerlo en cuenta y planificar con anterioridad, hasta que mujeres y hombres vayamos dándonos el espacio para expresar quienes somos emergiendo con poder y amor cada uno desde su centro sin necesidad de invadir el del otro porque nos hayamos en desequilibrio.

Nuestro cuerpo nos pide un stop en ciertos ámbitos o nuestros sentimientos azotan con ciertos procederes en nuestra vida; es el Momento Óptimo para ver qué es lo que realmente nos importa y cuestionarnos:

  • Hay algo que me incomoda en el presente
  • Qué es
  • Puedo cambiarlo
  • Cómo me sentiría con este cambio, cómo me visualizo en ese cambio
  • Cuáles son mis metas
  • Son objetivos en sintonía con los deseos de mi corazón o son deberías impuestos
  • Qué tengo que modificar, iniciar o dejar para estar más cerca de esos deseos de mi alma

Nuestra intuición nos contestará a cada una de nuestras preguntas. No pretendamos analizarlas ni ponerlas en marcha eso serán acciones para los otros Arquetipos. Simplemente soñemos despiertas con esas preguntas y las sensaciones que afloren nos darán la respuesta más sincera y en conexión con nuestro interior que podamos tener.

Cuando nos honramos desde la totalidad de nuestra feminidad en las fases luminosas y oscuras dando espacio a la atención de nuestro interior y escuchando los mensajes de nuestro útero sucede en nuestra vida algo realmente mágico, hermoso, transformador que nos empodera como mujeres libres y auténticas. Escuchemos a nuestra Anciana Sabia, valoremos su presencia porque es la presencia del consejo de nuestra alma que puede llevarnos a un camino en conexión con nuestra divinidad.

Teresa Oyarzábal Gómez- Reino

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