La luz de la Prosperidad fluye a través de mí

Aquello que vemos físicamente es una manifestación de la luz del Universo, de la energía que está en continuo movimiento y es siempre cambiante. Nuestro cuerpo físico es lo que vemos más allá de la totalidad que realmente somos. Al estar demasiado habituadas a ver con nuestros ojos el resultado último de esa energía creemos que podemos poseerla, guardarla y controlarla. Esto dista mucho de la realidad y lo único que hacemos es vivir siendo un tapón de la expresión más pura y sagrada de nosotras mismas.

Manifestamos en nuestra vida aquello con lo que estamos conectadas siendo un canal de esa energía que no poseemos pero con la que sí interactuamos. Comprender este concepto hace que cambiemos nuestra manera de percibir la realidad y ya no pensemos en qué quiero tener sino cómo vivir para ser un canal de… PROSPERIDAD

Hay ciertos términos que van de la mano y es importante comprender sus diferencias y la relación que los une, para poner así palabras a lo que queremos energéticamente plasmar en nuestro día a día.

La prosperidad es un estado de conciencia, un nivel de vibración  a diferencia de la abundancia que es un sentimiento de plenitud que parte de nuestra gracia interior. Somos abundantes porque valoramos la energía que hay detrás de cada cosa y comprendemos que lo que existe en la esfera material tiene un origen en la energía. Las mujeres somos naturalmente abundantes porque nos sabemos creadoras de vida, estamos conectadas con esa fuente de energía al honrar esta verdad en nosotras.  Por esto la abundancia es el sentimiento de valoración hacia lo manifiesto que nos conecta  con la vibración de la prosperidad. Ser prósperas es vivir siendo un canal de la manifestación de la luz.

El dinero a su vez es la declaración física de ese estado de conciencia espiritual. Ser prósperas no es ni ser abundantes ni poseer dinero sino reconocernos merecedoras de la luz de la creación y vivir manifestándola. Para ser un canal de esa luz tenemos que llegar a ella comportándonos como tal.

Las 10 verdades de la P R O S P E R I D A D:

  1. La prosperidad no me pertenece sino que soy un canal de esa luz con la que estoy en ilimitada conexión.
  2. La prosperidad es un flujo siempre en movimiento. Por medio de la acción constante creo un camino de energía hacia el estado último de la manifestación de esa luz sin expectativas sobre su magnificencia. Las metas fijas hacen que me cierre a posibilidades mucho más amplias de lo que realmente merezco y soy hoy capaz de ver.
  1. Soy merecedora, hija de esa luz. La prosperidad es un reflejo de lo que me valoro y amo.
  2. “El tiempo” que dedico a cada cosa es un indicador de cómo muevo esa luz en mi vida.
  3. No prospero sola sino compartiendo y eso no es lo mismo que dar. Si me siento bendecida tengo la virtud natural de vivir desde la generosidad que yo misma recibo.
  4. No soy un tapón sino un flujo abierto y constante de prosperidad*, puesto que la prosperidad nunca se detiene ni se pierde como la riqueza o la fama.
  5. No controlo el fin último de la prosperidad sino trabajo en el camino de su declaración.
  6. La prosperidad requiere de mis recursos para utilizarlos de la mejor manera tanto mis talentos, tiempo, como dinero.
  7. Soy coherente con lo que quiere mi alma y la verdad con la que soplo esa realidad al mundo.
  • Si conocemos un miedo y no lo resolvemos el reconocerlo no quiere decir superarlo, es parte de la coherencia interna y de la verdad que queremos ser.
  • Si tengo una verdad y me la quedo, no la comparto, nunca la veré florecer.
  1. Tengo clara la intención que hay detrás de mi deseo de ser próspera, es decir para qué quiero ser un canal de prosperidad, qué voy a aportar al mundo.

*Para concluir y concretar el punto seis a veces podemos no ser un tapón en cuestión de gestionar el dinero pero sí de nuestro tiempo o de nuestras relaciones. Por ejemplo, podemos estar tan ensimismadas en nuestro emprendimiento que no dedicamos energía a nuestra pareja aludiendo que “perdemos el tiempo” que creemos imprescindible para desarrollar todos nuestros talentos, siendo esto un gran tapón para manifestar prosperidad en nuestra vida. El tema es comprender que si la prosperidad es una manifestación de la luz tenemos que descubrir en qué área de nuestra vida no estamos en coherencia con esa luz. Porque entonces manifestaremos dinero con agotamiento, riqueza sin amor o un falso éxito pero no la verdadera prosperidad espiritual que comienza en la energía y se expande en el mundo físico.

Descubrir en qué área de nuestra vida tenemos un sentimiento de carencia y falta de confianza hace que podamos iluminarla y transformarnos. Hay muchísimos bloqueos inconscientes, hoy os he compartido los que he ido descubriendo hasta ahora en mi camino. Podéis trabajar en ellos en círculos de mujeres, con la energía de Lakshmi por ejemplo. Reverenciar a esta Diosa significa respetar el valor de todo lo que nos importa (personas, hogar, trabajo, dones…) y reconocer la fuente de energía sutil  de la que provienen y que se plasma en el plano físico. Al trabajar con esta Diosa lo que hacemos es interiorizar las cualidades energéticas de esta deidad para convertirnos en un canal de su luz. En el próximo Círculo de Mujeres de agosto conectaremos con su energía.

“Yo soy próspera porque soy hija de la Madre Tierra y del Padre Cosmos; la prosperidad vive en mí y la manifiesto en mi vida para que mi alma cuente con todos los recursos necesarios para desarrollarse en su esplendor.”

Teresa Oyarzábal

cariciadediosa

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